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 La justicia condenó a Claudio Gómez de 30 años a un año de prisión sin encarcelamiento, por un considerarlo culpable por un caso de grooming


La olla se destapó el pasado 26 de julio, cuando dos jovencitas de segundo año se presentaron en la oficina de la rectora del céntrico colegio secundario al que concurren, para ponerla al tanto de una situación bastante incómoda: las conversaciones de claro contenido sexual que una de ellas, de 13 años, había mantenido con su profesor de matemática. En el acto le refirieron también que había otra chica, de 15 años, también había tenido ese tipo de contactos con el mismo docente. Cuando la rectora llamó a esa otra chica y le preguntó, la menor se quebró. Y entre lágrimas le mostró los chats que había mantenido con el docente, en el que la situación se repetía: las jovencitas tenían problemas con las notas de la materia y, para resolverlo, su profesor les ofrecía aprobar a cambio de favores sexuales.

Con la de 15 años las conversaciones fueron tan explícitas, que en un momento el docente le dijo que por ella pagaría un hotel. ‘¿Así apruebo?’, le preguntó la menor. ‘Obvio hermosa’. En ese contacto, la chica quedó de faltar un martes para tener ese encuentro que, sin embargo, no se produjo, dijeron fuentes judiciales.

Ese mismo día, la rectora denunció en el ANIVI la sospechosa situación entre las alumnas y ese docente, Claudio Gómez (30), que había sido suplente en matemática entre marzo y mitad de año. Y se motorizó una investigación dirigida por el fiscal Mariano Juárez Prieto y la ayudante fiscal Roxana Fernández (UFI ANIVI), en la que se corroboró lo que decían las menores, pues obtuvieron copia de los comprometedores chats entre Gómez y dos de las alumnas.

Tan complicado quedó en la investigación, que el último viernes decidió a través de sus defensores, Ivana Salas y Rodrigo Aguirre, no ir a un juicio común y admitir en un juicio abreviado su responsabilidad en el delito que Fiscalía le imputó: grooming, que se configura cuando alguien utiliza comunicaciones por vía electrónica para acosar con fines sexuales a un niño, niña o adolescente.

                                    foto ilustrativa 


El juez Alberto Caballero aceptó ese pacto y le impuso al docente la pena que le propusieron: 1 año de prisión condicional y cumplir reglas de conducta, como no contactar ni acercarse a las menores a menos de 200 metros.





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